Entender los números es entender la energía que mueve tu vida. Cada año tiene una vibración distinta, y la del 2026 puede ayudarte a tomar mejores decisiones, lograr equilibrio, expansión y vivir con más plenitud.
Aprender, entender y usar la numerología es una de las cosas más inteligentes que podemos hacer, porque los números son mucho más que simples símbolos: son energía pura. Cada número vibra con una frecuencia que se refleja en nuestra vida, mostrándonos patrones, ciclos, aprendizajes y oportunidades. Cuando los comprendemos, dejamos de pelear con lo que sucede y empezamos a fluir con el ritmo del universo. Es como tener un mapa energético de cada año: saber cuándo sembrar, cuándo soltar y cuándo cosechar. Los números nos hablan si sabemos escucharlos—y en estos años recientes, su mensaje ha sido profundamente transformador.
2024 – El año del karma
Número 8, el número más fuerte.
Fue un año de intensidad máxima, un periodo que separó lo verdadero de lo falso. El número 8 representa el poder, la justicia kármica y la ley del equilibrio: nadie escapa de sus propias siembras. Por eso, 2024 obligó a soltar lo que quedaba en desequilibrio—relaciones sin propósito, estructuras forzadas, promesas vacías. Muchos sintieron que perdían el control, cuando en realidad estaban siendo liberados. El alma pidió madurez, responsabilidad y autenticidad. Fue duro, sí, pero también fue el año que nos preparó para todo lo que viene.
2025 – El año del cierre, la liberación y los finales
Número 9.
El año del adiós consciente. Si 2024 fue el examen, 2025 es la graduación. Representa el cierre de un ciclo completo de nueve años, donde cada experiencia tuvo su razón. Este año trae limpieza profunda y finales inevitables: relaciones kármicas que se disuelven, verdades que se revelan, y la necesidad de cerrar puertas para abrir nuevos horizontes. También invita al perdón, a la comprensión y a soltar con gratitud. No se trata de “perder”, sino de liberar espacio para algo más alineado con nuestro propósito. Puede sentirse nostálgico, pero hay una paz muy especial cuando uno aprende a cerrar con amor.
2026 – El año de la suerte y las recompensas
Número 1.
Después de tanta purificación ¡intensito!, llega el renacer. 2026 abre un nuevo ciclo de nueve años: fresco, prometedor y luminoso. Es el año del comienzo, del “por fin”. Muchos recogerán lo que sembraron con esfuerzo y paciencia: ascensos, mudanzas, compromisos amorosos o el inicio de proyectos soñados. Su energía es expansiva, optimista, de abundancia y esperanza. Quienes aprendieron las lecciones del pasado sentirán que el universo por fin conspira a favor suyo. Es un año para confiar, tomar decisiones valientes y crear algo nuevo desde la alegría.
Los números nunca mienten: cada año trae una vibración única, y al conocerla, podemos alinearnos con ella para vivir con más conciencia y fluidez.
Rituales y prácticas para recibir 2026 con energía de prosperidad
¡Elige el que te emocione y ponlo en práctica!
Ritual de purificación japonesa (Oosouji).
Antes de que termine el año, dedica un día entero a limpiar tu casa físicamente y energéticamente. En Japón, este ritual se hace para eliminar la energía estancada del año que termina. Barre, ventila, limpia con sal marina disuelta en agua y quema incienso de sándalo, ruda o té verde mientras agradeces mentalmente cada rincón por haberte acompañado. Visualiza cómo entra una nueva luz con cada movimiento. * Por favor, usa inciensos de calidad, no quiero que intoxiques, no tendría ningún sentido.
Activar la suerte con el rojo y el dorado (tradición china).
El rojo simboliza vitalidad, protección y expansión. El dorado, riqueza y sabiduría. Usa algo rojo el primer día del año, enciende una vela dorada y coloca naranjas o mandarinas en un cuenco para atraer prosperidad. Si puedes, escribe tus intenciones en papel rojo con tinta dorada y guárdalas en un sobre para que el universo las reciba con claridad ¡recuerda que el poder lo tienes tú, es tu intención la que activa la energía!.
Poner un frutero en la entrada lleno de mandarinas deliciosas también es una bonita forma de invitar a la abundancia.
¡Qué tradición tan bonita y sencilla! Viene de la tradición china, donde las mandarinas son como un imán de prosperidad y buena suerte desde hace siglos, ligada al Feng Shui y las tradiciones del Año Nuevo Lunar.
Despertar la energía con mantras sánscritos (ritual de mi amiga Isa)
Cada mañana, repite el mantra “Om Shreem Maha Lakshmiyei Namaha”, dedicado a la diosa de la abundancia y la belleza interior. Este sonido activa la energía de la prosperidad vibracionalmente. Puedes hacerlo mientras haces tu té o tu café matutino, en un tono suave, dejando que la vibración te envuelva.
Mi amiga Isa empieza el día escuchando y cantando este mantra, puedo dar fe que es una de las mujeres más prósperas afortunadas que conozco.
Ritual ayurvédico de renovación.
El 1 de enero, inicia el día con un baño purificador: mezcla agua tibia con azafrán, una rama de canela, pétalos de rosa y un puñado de sal marina. Mientras te bañas, repite mentalmente: “Dejo atrás lo viejo y doy la bienvenida a lo nuevo”. Luego, bebe agua tibia con limón, miel, canela y una pizca de cúrcuma + pimienta negra para limpiar y reactivar la energía digestiva (agni), símbolo del fuego interior que impulsa los nuevos comienzos.
Círculo energético de intención.
Invita a una o dos amigas de alma a reunirse la primera semana del año. Enciendan una vela blanca en el centro, escriban tres intenciones claras (una personal, una profesional y una espiritual) y léanlas en voz alta, sintiendo que ya se han cumplido. Podéis cerrar con una corta meditación o visualizando olas de luz dorada que os bañan y rodean ¡puedo sentir cómo esas hebras de luz dorada bañan mi piel!
También puedes organizar un desayuno entre amigas para recibir el año bien rodeada, prepara en casa un desayuno delicioso, con flores frescas y velas naturales de cera de abeja.
Honrar el “ki” o energía vital.
Según las tradiciones chinas y japonesas, mantener el flujo del chi/ki es esencial para sostener la prosperidad. Mueve tu cuerpo cada mañana: tai chi, yoga o una caminata consciente al amanecer ayudan a que la energía se renueve. Si puedes, coloca una planta viva cerca de la puerta principal para que absorba y filtre las energías del entorno.
También puedes:
Ventilar y ordenar tu espacio cada día. El aire estancado bloquea el flujo del ki; abre las ventanas al menos unos minutos y permite que entre la luz natural.
Encender incienso o difundir aceites esenciales como sándalo, romero o pino para purificar el ambiente y elevar la frecuencia vibratoria.
Agradecer al comenzar el día. Un simple “gracias” consciente en silencio armoniza la mente y alinea la energía interna con lo que te rodea.
Beber agua o té lentamente en una taza bonita, con atención plena, reconociendo que el agua es portadora de energía vital.
Evitar discusiones o pensamientos densos al despertar o antes de dormir; mantener serenidad preserva el flujo natural del ki.
Caminar descalza sobre la tierra o el pasto, aunque sea por unos minutos, para reconectar con el pulso energético de la naturaleza.
Honrar el ki es recordar que todo está vivo y en movimiento. Cada gesto consciente, por pequeño que parezca, mantiene el equilibrio entre la energía que das y la que recibes.
Ritual de abundancia con la luna nueva.
Si la primera luna nueva del año cae cerca del 1 de enero, dedícale una pequeña ceremonia. Limpia un cuenco de cristal y llénalo con agua, una moneda dorada o plateada, y tres hojas de laurel (símbolo de victoria). Colócalo bajo la luz de la luna durante unas horas. Mientras lo haces, piensa en tres áreas donde deseas ver crecimiento y repite mentalmente: “Mi vida florece con armonía y abundancia.” A la mañana siguiente, usa esa agua para limpiar simbólicamente tus manos, sellando la intención.
Ritual andino del fuego y el maíz.
Enciende una pequeña vela al aire libre o frente a una ventana abierta y a su lado, coloca unos granos de maíz y cacao, símbolos de abundancia, fertilidad y alimento sagrado. Agradece por todo lo recibido en 2025 y manifiesta verbalmente tus deseos para 2026. Si puedes, escribe todo aquello que quieres soltar (miedos, hábitos, pensamientos limitantes) y quémalo antes de terminar el año.
El secreto de 2026 será recibir con alegría lo que llega y soltar el control. Este año premia la acción inspirada, no la forzada. Alinéate con la energía del número 1: empieza, atrévete, confía, crea. El universo recompensará con oportunidades reales a quien camine con fe, propósito, generosidad, confianza y gratitud.
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